“He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”
La antigüedad de la celebración mariana, se constata en las pinturas con el nombre de “María, Madre de Dios” (Theotókos) que han sido encontradas en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa en tiempos de las persecuciones.
Es desde ese Fiat,que Santa María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios;La Doncella de Nazareth, la llena de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo Jesús.