Este Santo polaco de fama universal nació en la ciudad de Kenti,Polonia,en el año 1390. Desde joven se distinguió por sus ayunos y penitencia para santificarse y hacer el bien a sus compañeros de clase. Estos , a veces, se reían de sus cosas extrañas. Daba cuanto tenía en sus manos apenas veía aun pobre pedir limosna. Se sentía feliz porque era consciente de que lo que hacía con el menesteroso lo hacía con el propio Jesús.
Era muy inteligente. Cuando le llegó la hora de optar por una vocación u otra, él se decidió por el sacerdocio. Al poco tiempo le nombraron profesor de la universidad.
Los envidiosos lo vieron con malos ojos. Fueron a las autoridades respectivas para desprestigiarlo. Y ésta, aún sintiéndolo mucho, lo enviaron de párroco a un pueblo lejano.Juan, en lugar de amilanarse, dijo estas palabras:" La tristeza no es provechosa. Si algún bien les he hecho en estos años, canten un himno de acción de gracias a Dios, pero vivan siempre alegres y contentos, que así lo quiere Dios".
Pasado algún tiempo, lo nombraron otra vez profesor de la Universidad de Cracovia para dar clases de La Biblia.Su fama llegó a ser sumamente grande. En las discusiones repetía lo que decía San Agustín: "Combatimos el pecado pero amamos al pecador. Atacamos el error, pero no queremos violencia contra nadie, la violencia siempre hace daño, en cambio la paciencia y la bondad abren las puertas de los corazones.
Cuando predicaba acerca del pecado lloraba al recordar la ingratitud de los pecadores hacia Dios, y la gente al verlo llorar se conmovía y cambiaba de conducta.
A sus alumnos les repetía estos consejos: "Cuídense de ofender, que después es difícil hacer olvidar la ofensa. Eviten murmurar, porque después resulta muy difícil devolver la fama que se ha quitado". Fueron centenares los sacerdotes formados espiritualmente por él, y la gente lo llegó a llamar "el padre de los pobres" por sus muchas obras de caridad con los más desvalidos.
Cuando llegó la hora de su muerte, se dedicó a la oración hasta que pasó a la eternidad,un 24 de Diciembre de 1473,en la Ciudad de Cracovia,Polonia.
Era muy inteligente. Cuando le llegó la hora de optar por una vocación u otra, él se decidió por el sacerdocio. Al poco tiempo le nombraron profesor de la universidad.
Los envidiosos lo vieron con malos ojos. Fueron a las autoridades respectivas para desprestigiarlo. Y ésta, aún sintiéndolo mucho, lo enviaron de párroco a un pueblo lejano.Juan, en lugar de amilanarse, dijo estas palabras:" La tristeza no es provechosa. Si algún bien les he hecho en estos años, canten un himno de acción de gracias a Dios, pero vivan siempre alegres y contentos, que así lo quiere Dios".
Pasado algún tiempo, lo nombraron otra vez profesor de la Universidad de Cracovia para dar clases de La Biblia.Su fama llegó a ser sumamente grande. En las discusiones repetía lo que decía San Agustín: "Combatimos el pecado pero amamos al pecador. Atacamos el error, pero no queremos violencia contra nadie, la violencia siempre hace daño, en cambio la paciencia y la bondad abren las puertas de los corazones.
Cuando predicaba acerca del pecado lloraba al recordar la ingratitud de los pecadores hacia Dios, y la gente al verlo llorar se conmovía y cambiaba de conducta.
A sus alumnos les repetía estos consejos: "Cuídense de ofender, que después es difícil hacer olvidar la ofensa. Eviten murmurar, porque después resulta muy difícil devolver la fama que se ha quitado". Fueron centenares los sacerdotes formados espiritualmente por él, y la gente lo llegó a llamar "el padre de los pobres" por sus muchas obras de caridad con los más desvalidos.
Cuando llegó la hora de su muerte, se dedicó a la oración hasta que pasó a la eternidad,un 24 de Diciembre de 1473,en la Ciudad de Cracovia,Polonia.