La persecución desencadenada se endurecía cada vez más contra los cristianos de la ciudad califal de Córdoba.Se les obligaba a hacerse musulmanes si es que querían mantenerse vivos.Aurelio vio con sus propios ojos una escena por la calle en la que se ridiculizaba la entrada de Jesús en Jerusalén. Lo escoltaban dos verdugos hasta que derramara su sangre con azotes. Ante la vista de este hombre que se dejaba flagelar, Aurelio gritó:"He ahí un verdadero discípulo de Cristo que no ha gritado, ni rechazado el dolor por salvarme a mí y los demás". Desde entonces se sintió transformado. Esto le dio ánimos para presentarse públicamente ante todos y sin fingir nada ante nadie. Otros jóvenes se unieron a ellos. Fueron arrestados, martirizados y luego decapitados
Pidamos a este santo la luz de Cristo para saber sostener nuestra fe más allá de cualquier adversidad.
Podemos orar con estas intenciones con el Cirio alquímico Comunión de los Santos y la Pasta alquímica Purificación.