Este santo está unido a San Bernardino de Siena y a San Juan de Capistrano, que lo acompañó en sus peregrinaciones apóstolicas por Europa. Hizo su profesión religiosa en 1416 y 6 años después, ya sacerdote, fue encargado de la predicación, ocupación que abarcaría toda su vida hasta la muerte, en 1476 en Nápoles.
Durante más de medio siglo recorrió Europa oriental y centro septentrional no sólo para predicar el nombre de Jesús (tema constante de sus homilías, siguiendo el ejemplo de su maestro San Bernardino), sino también para cumplir delicadas misiones encomendadas por los Papas Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III.
Oremos a este santo para tener constancia en llevar al Señor en cada acto de nuestra vida, para que Dios pueda hacer a través nuestro en beneficio del prójimo. Pedirle el don de la fidelidad y la prudencia.Cirio alquímico Comunión de los Santos y Pasta alquímica Purificación.