Toulouse: La ciudad no vivía sus mejores momentos históricos. El paganismo y el culto a los dioses falsos hizo que cundiera la superstición. Cuando él llegó no había quedado casi huella del cristianismo. Pero Saturnino, llevado por el impulso del Espíritu Santo, logró muchas conversiones, mejoraron las costumbres, muy relajadas y permisivas. De tal manera fue su predicación de la Palabra de Dios que, poco a poco, los templos paganos fueron cerrando sus puertas. Tan sólo quedó uno de los muchos que había cuando él arribó a la ciudad.
Un día estaba el santo cerca de un templo romano. Los encargados salieron en su busca. Contentos por su captura, pensaban que iba a adorar a sus dioses, hacerles sacrificios como estaba mandado y renegar de su fe en Cristo. Al negarse el santo, le dieron fuertes palizas, lo ataron a los cuernos de un toro y lo arrastraron por las calles en las que dejó sus propias carnes. Murió en el año 250. Hay en Pamplona, ciudad que celebra las Fiestas de San Fermín, una iglesia dedicada en su honor.. Se llama de san Sernin o Saturnino.
Pidamos a san Fermín o Saturnino la Fortaleza para enfrentar las pruebas con hidalguía y Humildad.