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8 de Mayo
La Aparición del Arcángel San Miguel 
en el Monte Gárgano



"Patrono de la Iglesia Universal"
"Protector de las almas"


La aparición tuvo lugar en el año 490 en el sur de Italia, más precisamente en el monte Gárgano, importante 


macizo que forma un promontorio en la región de Apulia a orillas del Adriático (se lo conoce como la espuela de la bota de Italia). Un vecino de Siponte había perdido un preciado ejemplar de su rebaño de toros y al buscarlo reparó que el animal estaba en la entrada de una cueva. Disparó hacia él una flecha para espantarlo y que volviera, pero el dardo dio una vuelta y retornó hacia el ganadero, el cual, asombrado, fue a contar el episodio al obispo. Éste dispuso tres días de ayuno y plegarias y acudió a la cueva. Mientras rezaba fuera de ella se le apareció un espíritu que se presentó como el Arcángel San Miguel, “el que asiste permanentemente en la presencia de Dios”. Indicó al obispo que deseaba que se le edificase una iglesia en esa cueva.

El prelado dudaba y en esta sazón el pueblo se vio amenazado por la invasión de los bárbaros. San Miguel volvió a aparecerse al obispo y le aseguró que no había nada que temer si había fe sincera y firme, prometiendo conjurar el peligro, como así fue, pues los invasores se retiraron. Aun así continuó el obispo con sus vacilaciones y decidió acudir al Papa, yendo a Roma, donde le expuso el caso. El Sumo Pontífice le prescribió lo mismo que él había dispuesto la primera vez que oyó la historia: tres días de ayuno y de oración ante la cueva, lo cual fue puesto en práctica. El santo Arcángel se manifestó por tercera vez y en esta ocasión de manera inequívoca. Dijo al obispo que no era necesario ya que consagrase la cueva pues ya había quedado santificada con la presencia angélica. Al penetrar en su interior, vio con asombro un espléndido altar revestido de rojo mantel y con una cruz de cristal. A la entrada había impresa la huella milagrosa de un pie, como queriendo atestiguar la sobrenatural visita.