2 de noviembre
San Malaquías de Armagh
1094 - 1148
Malaquías de Armagh fue un arzobispo católico irlandés que fue canonizado por el papa Clemente III en 1190. Nacido en 1094 en la localidad de Armagh, su nombre es célebre por dos famosas profecías que se le atribuyen: la famosa profecía de los 112 Papas (1595) y la profecía sobre Irlanda (1690), ambas reveladas más de cuatro siglos después de su muerte.
A los 25 años San Malaquías fue ordenado sacerdote, convirtiéndose posteriormente en monje, abad y arzobispo de su ciudad natal. En 1138 partió en peregrinaje a Roma, y durante este viaje conoció a la Orden de los Cistercienses. En la Ciudad Eterna hizo amistad con San Bernardo de Claraval, quien se convertiría en su hagiógrafo y en uno de sus mejores amigos. Bernardo describió a San Malaquías como un hombre humilde y con un gran espíritu evangélico y celo religioso. San Malaquías, de hecho, sería quien restauraría la disciplina en el seno de la Iglesia de Irlanda, perseguiría el paganismo y restablecería la moral católica, lo que le valió el cariño del pueblo llano y el respeto entre sus colegas del clero.
A su regreso de Roma San Malaquías visitó al rey de Escocia, y durante esa visita el religioso curó al hijo del monarca de una grave enfermedad de forma milagrosa. San Malaquías fue llamado de nuevo a Roma en 1139 por el Papa Inocencio II. Cuando se encontraba allí, se cuenta que el santo irlandés experimentó una visión de los futuros Sumos Pontífices que ocuparían el sillón de San Pedro hasta la segunda venida de Jesucristo. Así, San Malaquías escribiría 112 lemas o frases breves en latín describiendo a los futuros Papas. Se dice que este documento fue guardado en los archivos secretos del Vaticano, y no fue sino hasta 1556 que fue descubierto por un bibliotecario del Vaticano.
A los 25 años San Malaquías fue ordenado sacerdote, convirtiéndose posteriormente en monje, abad y arzobispo de su ciudad natal. En 1138 partió en peregrinaje a Roma, y durante este viaje conoció a la Orden de los Cistercienses. En la Ciudad Eterna hizo amistad con San Bernardo de Claraval, quien se convertiría en su hagiógrafo y en uno de sus mejores amigos. Bernardo describió a San Malaquías como un hombre humilde y con un gran espíritu evangélico y celo religioso. San Malaquías, de hecho, sería quien restauraría la disciplina en el seno de la Iglesia de Irlanda, perseguiría el paganismo y restablecería la moral católica, lo que le valió el cariño del pueblo llano y el respeto entre sus colegas del clero.
A su regreso de Roma San Malaquías visitó al rey de Escocia, y durante esa visita el religioso curó al hijo del monarca de una grave enfermedad de forma milagrosa. San Malaquías fue llamado de nuevo a Roma en 1139 por el Papa Inocencio II. Cuando se encontraba allí, se cuenta que el santo irlandés experimentó una visión de los futuros Sumos Pontífices que ocuparían el sillón de San Pedro hasta la segunda venida de Jesucristo. Así, San Malaquías escribiría 112 lemas o frases breves en latín describiendo a los futuros Papas. Se dice que este documento fue guardado en los archivos secretos del Vaticano, y no fue sino hasta 1556 que fue descubierto por un bibliotecario del Vaticano.
Sin embargo, la profecía que haría célebre a San Malaquías sería la llamada “Profecía de los Papas”, la cual se publicó por primera vez en 1595 en el “Lignum vitae, ornamentum & decus Ecclesiae” (‘El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia’), libro publicado en Venecia por el monje benedictino belga e historiador Arnoldo Wion y que se convertiría en todo un éxito editorial en la Europa cristiana. En este libro, después de unos párrafos introductorios sobre la figura de san Malaquías, Wion informa que “(Malaquías) escribió varios opúsculos”, incluyendo el listado de la profecía de los Papas, al que destaca como un texto ya conocido pero aún no publicado.
La supuesta profecía de San Malaquías consiste, como se mencionó anteriormente, en una serie de 112 pequeños lemas o frases en latín, sin numerar, haciendo alusión alegórica a los 112 papas que gobernarían la Iglesia Católica desde el Papa Celestino II (1143-1144) hasta el último pontífice, incluyendo a los llamados antipapas. El último Papa al que alude San Malaquías lo identifica con el lema “Petrus Romanus” (“Pedro El Romano”), con una vaga cita de carácter apocalíptico.
Dios le habría mostrado a San Malaquías los diferentes hombres que, en el futuro, se presentarían como los líderes de la Iglesia Católica bajo el título de Papas, no revelándole necesariamente si estos hombres que se iban a sentar en el trono de San Pedro eran buenos o malos. Por ello, las descripciones de San Malaquías de los papas futuros suelen contener datos sobre su orden religiosa, su escudo de armas, su nombre o lugar de nacimiento, las ciudades en las que éstos vivirían durante su vida o los principales personajes o acontecimientos que ensombrecerían sus papados.