16 de noviembre
Santa Gertrudis
Mística
Año 1302
"Patrona de las personas místicas y
de los escritores católicos"
Fue la primera gran mística de quien se tenga historia (la Iglesia llama místicas a las personas que tratan directamente con Dios por medio de la oración, y a recibir de Él, mensajes y revelaciones).
Es la primera de la cual se conocen las revelaciones recibidas. Por eso es tan importante.
Santa Gertrudis fue la primera en propagar la devoción al Sagrado Corazón y el culto a San José. Los demás santos que después propagaron estas devociones se basaron en revelaciones recibidas por esta gran mística.
Nació en Eisleben (Alemania) en el año 1256.
A los 5 años fue llevada al convento de unas monjas muy fervorosas y allí demostró tener cualidades excepcionales para el estudio. Sobresalía en el aprendizaje de literatura y en las ciencias naturales, y por su modo elegante de emplear el idioma. La superiora del convento era su tía Santa Matilde, otra gran mística, que recibía mensajes de Dios.
Hasta los 25 años Gertrudis fue una monja como las demás, dedicada a la oración, a los trabajos manuales, a la meditación y a los estudios.
A esa edad recibió la primera de las revelaciones que la hicieron famosa.
"Estaba yo en un rincón de la capilla donde acostumbraba hacer mis tibias oraciones, cuando se me apareció Nuestro Señor y me dijo: - Hasta ahora te has dedicado a comer polvo como los que no tienen fe. De allí has tratado de extraer miel y sólo has encontrado espinas. Desde ahora dedícate a meditar en mis mensajes y ahí sí encontrarás el verdadero maná que te alimentará y te dará la fortaleza y la paz".
Desde ese dedicó todo su tiempo libre a leer la Biblia, y los escritos de los santos padres, especialmente San Agustín y San Bernardo. Ella dice:
"cambié el estudio de ciencias naturales y literatura, por el de la teología y la Sagrada Escritura".
En sus 47 años de vida, Gertrudis copiaba pasajes de la Biblia, componía explicaciones de la Sagrada Escritura para darlas a las otras religiosas, y sufría en silencio sus enfermedades que no eran pocas. Pero internamente su vida era muy distinta, porque dialogaba con Dios a cada rato.
Jesucristo le dijo un día:
"Gertrudis, tú serás mi heraldo"
Se llama heraldo el que transmite mensajes de un superior. Y ella escribió en cinco libros los mensajes que recibió en sus revelaciones, y a su obra le puso por nombre: "Heraldo de la amorosa bondad de Dios" o "Revelaciones de Santa Gertrudis". Se trata de visiones, comunicaciones, y experiencias místicas, que se han repetido después en muchas otras almas santas como por ejemplo San Juan de la Cruz, Santa Teresa, Santa Magdalena de Pazzi, Santa Gema, etc.
Dice la santa que un día vio que de la herida del costado de Cristo salía un rayo de luz y llegaba al corazón de ella. Desde entonces sintió un amor tan grande hacia Jesucristo, como nunca antes lo había experimentado.
Santa Matilde, 15 años mayor que Santa Gertrudis, le contaba las revelaciones que había recibido. Las dos (adelantándose varios siglos a lo que después se aceptaría) recomendaban mucho la comunión frecuente, la devoción al Sagrado Corazón y el encomendarse a San José. Un día Santa Matilde supo que su sobrina Gertrudis venía copiando todas las experiencias místicas y las revelaciones que ella le había contado, y se alarmó. Pero el Señor le comunicó que Él mismo le había inspirado a Gertrudis el deseo de escribir tales experiencias y revelaciones, y entonces la misma Matilde se encargó de corregir aquel escrito, el cual fue publicado con el título de "Revelaciones de Santa Matilde".
Santa Matilde le preguntó a Jesús: "Señor, fuera de la Santa Hostia, ¿dónde te puedo encontrar?" – Y Jesús le respondió: "Búscame en el corazón de Gertrudis".
Dice Gertrudis que un día Jesús acercó totalmente el corazón de Matilde a su Sagrado Corazón, y que desde esa fecha aquella santa quedó totalmente enamorada de Cristo.
Los especialistas afirman que los libros de Santa Gertrudis son, junto con las obras de Santa Teresa y Santa Catalina, las obras más útiles que una mujer haya dado a la Iglesia para alimentar la piedad de las personas que desean dedicarse a la vida contemplativa".
Cuando le fue anunciado que se acercaba su muerte exclamó: "Esta es la más dulce de las alegrías, la que más había deseado, porque voy a encontrarme con Cristo". Y dictó sus últimos pensamientos acerca de la muerte, que son de lo más sublime que se haya escrito.
Murió el 17 de noviembre del año 1302. Su fiesta se celebra el 16 de noviembre.