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15 de junio 
SanVito de Lucania
mártir
s.IV



"Patrono de Sicilia, de los bailarines, de los perros,de los jóvenes, los epilépticos, 
los sordos y los mudos, de los trabajadores de restaurantes, toneleros, cerveceros,
 farmacéuticos, mineros, herreros, soldados, actores, para pedir por la castidad, 
la infertilidad, la incontinencia urinaria, la ansiedad, convulsiones, histeria, 
la epilepsia y la rabia, la mordedura de serpiente, por los 
rayos, truenos e incendios, por la buena semilla y la buena cosecha"


Nació en Mazzara, la actual Mazara del Vallo, en Sicilia, Italia, en la época de las persecuciones dictadas por el emperador romano Diocleciano,en el siglo IV. 
Según la leyenda, San Vito fue hijo de un senador romano, pagano. De niño fue criado por los instructores contratados por su familia, sin saber que eran fervientes cristianos: Santa Crescencia y San Modesto, quienes instruyeron al pequeño Vito en la fe y lo bautizaron sin tener el consentimiento de su familia.
San Vito habría intentado convertir sin éxito al hijo del gobernador. Cuando su padre descubrió su devoción, fiel a las normas romanas lo entregó a las autoridades y lo expulsó de su familia. El juez habría ordenado que fuera azotado, pero al juez y a los verdugos se les paralizarían los brazos, y sólo sanarían con los rezos de San Vito.
La leyenda continúa con varios sucesos en los que San Vito y sus preceptores, Santa Crescencia y San Modesto, salen siempre bien librados de los suplicios (por ejemplo un león que debería devorarlo termina lamiéndole dócilmente los pies), o bien consiguen escapar, por ejemplo en un barco que un ángel les proporciona para viajar hasta Lucania.
San Vito y sus santos tutores fueron llevados finalmente ante Diocleciano, el emperador, ante el cual se niegan a rendir culto a los dioses paganos. Los tres murieron en Lucania a causa de los tormentos recibidos, aunque la misma leyenda cuenta que ángeles se aparecieron, les retiraron las cadenas y condujeron sus cuerpos hasta un río, donde más tarde los encontró una anciana viuda cristiana.
Una tradición cuenta que el obispo Otto de Bamberg, al evangelizar a los pomeranos, que rendían culto al gallo, les presentó un relicario de plata con vestigios de San Vito, el cual estaba coronado con un gallo. Los pomeranos relacionaron al gallo de San Vito con su deidad, y en el acto accedieron a ser bautizados.