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1º de Julio
Simeón el Loco 
Simeón el Loco o Aba Simeón
Monje, eremita y santo cristiano
siglo VI




“Patrón de los santos locos y de los titiriteros.”




Simeón era de origen sirio. Nació en Edesa, donde vivió soltero, acompañado de su anciana madre.
A los treinta años, acompañado por su amigo Juan de Edesa, Simeón hizo los votos monásticos en el monasterio del abad Gerásimo. 


​Simeón y Juan estuvieron durante veintinueve años dedicados al ascetismo y a la meditación en las proximidades del mar Muerto. Posteriormente Simeón dijo que Dios le había pedido que abandonara su vida retirada en el desierto y que se trasladara a la ciudad de Homs, donde se dedicó a la caridad y a hacer obras piadosas. Su comportamiento no era nada convencional, por ejemplo entraba en la ciudad arrastrando un perro muerto, o una vez apagó las lámparas del templo y le lanzó nueces a las mujeres; con estas extravagancias llevó a muchos al arrepentimiento, salvando sus almas del pecado, aunque muchos también le insultaban por ello e incluso llegaban a castigarle físicamente, lo cual él soportaba con paciencia. Sanaba enfermos y expulsaba demonios con sus oraciones, predicaba el Evangelio, alimentaba al hambriento y ayudaba a muchas personas, aunque muchas de sus buenas obras eran hechas en secreto.
En cierta ocasión se acercó a él un hombre enfermo de glaucoma. Cristo había curado la ceguera empleando saliva y arcilla y Simeón trató de curarlo untándole mostaza en los ojos: el enfermo sintió una gran quemadura y su enfermedad se agravó. Simeón logró curarle finalmente cuando le explicó que lo que debía era arrepentirse de sus pecados y enmendar su vida.
Simeón murió hacia el año 570 y fue enterrado en la fosa común destinada a mendigos y extranjeros. Mientras se transportaba su cuerpo, varias personas dijeron haber escuchado cánticos sobrenaturales.
Información tomada de Wikipedia
Imagen tomada por Mariángel González en la sala "HILOS MAGICOS" en Bogotá Colombia.



La vinculación de Simeón con los titiriteros no resulta del todo clara, si bien en algunas de sus actuaciones interviene de forma decidida en desenmascarar los trucos de los mismos. Tal vez por esas prácticas u otras parecidas se le ha asociado con el mundo de la farándula.
En el clásico y difundido santoral del jesuita francés Jean Croisset (1656-1738), conocido como El año cristiano, se advierte:

"La vida de san Simeón Estilita está llena de hechos tan extraordinarios y maravillosos, que debe mirarse como una especie de prodigio para la imaginación, antes que como ejemplar o modelo para la imitación".

Santos protectores y sanadores: Simeón, el santo loco, patrón de los titiriteros 
"Si alguno de vosotros cree ser sabio en este mundo, que se haga necio (loco) y así se convertirá en sabio" (San Pablo, I Cor 3:18)

Si hay un santo que ha suscitado la atención de los investigadores, no es otro que san Simeón. 

Simeón de Émesa, apodado 'el loco', aparte de sus estrafalarias formas de predicar el cristianismo.
La vida de Simeón es un claro ejemplo de la forma de religiosidad popular del imperio bizantino durante la Edad Media cristiana, donde se combinaban influencias helenísticas y romanas en el imaginario social oriental.

Después de estar treinta años en el desierto desarrollando una vida de eremita, volvió a su ciudad para predicar el evangelio. Pero lo hizo de una forma ciertamente poco frecuente, pues se hizo pasar por loco manifestando actitudes antisociales y extravagantes al tiempo que realizaba milagros ocultamente.

A lo largo de las acciones protagonizadas por este 'peculiar' santo, en su etapa urbana-pública son sin duda las más interesantes en cuanto a su capacidad de despertar nuestro asombro junto a su condición simulada de perturbado.

* Consume o reparte los alimentos que debía vender
* Quema incienso en su mano y el manto
* Rompe una jarra envenenada por una serpiente
* Logra la castidad de las prostitutas
* Estorba el paso de la gente donde hay un demonio
* Cura a un ciego con mostaza, vinagre y ajo
* Acepta con humildad golpes y pedradas como formas de penitencia
* Finge crear amuletos protectores contra el mal de ojo grabando conjuros en placas de metal
* Inutiliza la mano de un prestidigitador para que no pueda golpear a sus esclavos
* Cambia el volumen de su voz y baila como los bufones y actores de teatro

El anacoretismo se convirtió en una forma de rebelión y de protesta social y religiosa que no aspiraba a transformar la sociedad, sino que hunde sus raíces en el individualismo y en la protesta particular dando pie a comportamientos excéntricos y anómalos.
Juan Mosco (ca.550-ca.634), en su obra El prado espiritual, detalla los diferentes modos de ascetismo:

* Los estacionarios, o monjes que se condenaban a la inmovilización absoluta.
* Los dendritas, o monjes que vivían en los árboles en una cabaña que construían entre sus ramas.
* Los acemetas, o aquellos que no duermen y están siempre vigilantes.
* Los recluidos voluntarios que se encerraban en estrechas celdas para hablar con dios.
* Los monjes que vivían a la intemperie expuestos en todo tiempo al sol y a los hielos.

Un último grupo y referido al caso que nos ocupa serían los llamados estilitas, pues se encaramaban a una columna que iban alzando cada vez más en altura y desde allí sermoneaban a las masas.
Quienes piensan que está poseído por el demonio en alguna de sus acciones, en realidad está luchando frente a él, pues amparándose en su total control de apetencias corporales pueden acercarse al pecado para demostrarse que no se sucumbe a ninguna tentación por la ausencia de 'pasiones' humanas.

El 'santo loco' en el cine
Un santo tan desconcertante y original no pasó desapercibido a la siempre atenta curiosidad del cineasta aragonés Luis Buñuel, quien, en 1965, filmó un mediometraje rodado en México y basado en su propio guión, al que tituló Simón del desierto, donde cuenta la historia de Simeón el estilita que se mantuvo durante más de seis años en una columna de ocho metros siendo tentado por una bella señorita, drama surrealista.