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2021/03/09

 



9 de marzo
Santa Catalina de Bologna
1413 - 1463




"Patrona de las artes plásticas"


En su Tratado, Catalina definió siete armas para luchar contra el pecado: la diligencia, la desconfianza de uno mismo, la confianza en Dios, la meditación, el pensar en la muerte personal, pensar en el cielo y la Sagrada Escritura como referente constante de vida.
Catalina nació en Bologna el 8 de septiembre de 1413, hija de Juan Vigri de Ferrara y de Bienvenida
Mammolini, de Bologna. Creció bien educada e instruida. Leía y escribía corrientemente en latín con admirable elegancia hasta para los humanistas. La vida lujosa del ambiente cortesano no la atrajo. A los 13 años volvió su ánimo a Dios, combatiendo las tentaciones y las ambiciones, con aquellas que ella llamó en su propio tratado «Las siete armas espirituales". Entró en el monasterio de Ferrara, donde escogió la rígida regla de Santa Clara y en 1432 hizo la profesión religiosa entre las Hermanas Clarisas. Pronto se distinguió por la humildad y la delicadeza para con las hermanas enfermas. Pero cuántas luchas debió sostener, inclusive antes de estar ligada a la regla de Santa Clara, sobre todo por parte del demonio que intentó con falsas apariciones lanzarla a la desesperación. Después comenzaron los gozos más profundos, que transformaron su vida haciendo de ella una de las contemplativas más célebres. Toda inmersa en la vida espiritual, tuvo visiones y éxtasis.
Catalina no desdeñaba los oficios más humildes del monasterio. Fue hornera, encargada de amasar y cocer el pan cada día para sus cohermanas. Pasó luego a la portería, donde sus oraciones eran continuamente interrumpidas por las llamadas, sin que esto la turbara o impacientara. Aunque rehusaba todo cargo, fue maestra de novicias, a quienes supo guiar por los caminos de la perfección. Les enseñaba la simplicidad, aceptación constante de la voluntad de Dios, silencio, modestia, cortesía, observancia perfecta de la Regla, tenerse por inútil y ponerse siempre al servicio de los demás. En los ratos libres, Catalina se deleitaba alabando al Señor también con el arte de la pintura, o tocando el violín, o también dando rienda suelta a su vena poética. Entretanto en Bologna se estaba construyendo por voluntad del pueblo y de las autoridades, el monasterio del Corpus Domini, por lo cual en 1456 viajó a Ferrara una delegación para pedir una abadesa y hermanas para el nuevo monasterio, de modo que el 22 de julio Catalina volvió a su ciudad natal con un grupo de Clarisas de Ferrara. Durante ocho años formó un grupo de religiosas. Aunque muchas veces enferma, siempre estaba en comunión con su Señor. El 9 de marzo de 1463, a los cincuenta años, después de haber hecho a las cohermanas su última exhortación, expiró mientras su rostro se volvía luminoso y hermosísimo. Su cuerpo incorrupto se conserva en la iglesia del Corpus Domini, en Bologna, y es objeto de gran veneración.