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2019/08/08




8 de agosto 
Santo Domingo de Guzmán 
Fundador de la Orden de los Predicadores 
1170-1221



Pintura de San Fra Angélico

"Patrono de los que oran"
"Patrono de los sacerdotes de órdenes religiosas,
de los astrónomos"
"contra la fiebre y el granizo"


Domingo de Guzmán nació en Caleruega (provincia de Burgos en España), hacia el año 1170.
Fundador de la orden de los Dominicos. Con su orden claramente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, fallece el 6 de agosto de (1221) tras una breve enfermedad, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia.[1]​ Sus restos permanecen sepultados en la basílica de Santo Domingode esa ciudad. En 1234 el papa Gregorio IX lo canonizó. La Iglesia católica celebra su fiesta el 8 de agosto.
El corazón de Santo Domingo es un corazón lleno de misericordia y compasión, y el celo por el Evangelio le consume incluso en su oración personal. Su oración es apostólica. Los testigos declaran en el proceso de canonización los gemidos que en la oración de Domingo se oyen: "¡Señor, compadécete de tu pueblo! ¿Qué va a ser de los pecadores?"

Esa era su preocupación. Ve las almas perdidas, enrededas en la superstición, la ignorancia y la herejía. Ve las almas que han abandonado la Iglesia, la Católica, y han encontrado un refugio en las sectas cátaras y valdenses a las que ven exteriormente como más fieles al Evangelio, más radicales, más perfectas.

¿Qué será de estas almas? Esa inquietud consume la oración nocturna de Santo Domingo; su celo apostólico le lleva a interceder constantemente ante el Señor. Le duele, le preocupa: es la oración de un verdadero apóstol.

Las noches las suele pasar en oración. Apenas duerme, y lo poco que duerme, lo hace en el suelo dejando siempre el lecho, para mortificación. Pronto interrumpe el sueño como muchos testigos pudieron comprobar. Oraba de pie o postrado en el suelo, implorando a Dios. Necesitaba de la oración, con contenido apostólico, más allá de los ratos prescritos de oración o del Oficio divino.