22 de agosto de 1918

“No dejarás entrar nada impuro en el 

Santuario del Señor”

Historia Mariavita

Obra de la Misericordia

"El Señor Jesús, me reveló que en el Santísimo Sacramento del Santuario, Él tomaba entre sus manos la administración del mundo y la dirección espiritual de las almas de los fieles... deja a los sacerdotes la celebración de los santos Sacramentos y la administración de la Iglesia por un tiempo...

Lo hará para la Grandísima Gloria de Dios, para que el Cordero no sea más menospreciado.

Pide que sus sacerdotes irradien pureza y se consuman de amor por el Santísimo Sacramento. El Señor Jesús no descenderá a las palabras de aquél que se permita celebrar la Santa Misa en estado de pecado...

El propio Señor Jesús unirá a los Mariavitas a las almas de aquellos que los amen, primero espiritualmente y luego materialmente, provenientes de todas las confesiones del mundo, en una Santa Iglesia Universal, de la cual el Cordero será la cabeza y el Rey.

 El Señor Jesús me dijo que el reflejo del Cielo sobre la tierra debía comenzar desde nuestro Santuario y me dio una orden, diciendo:

“No dejarás entrar nada impuro en el Santuario del Señor”

(es decir que aquél que sea impuro no puede permanecer allí).

Debemos rezar por:

Que la voluntad de Dios sea concedida para nosotros, con nosotros y en nosotros.

Que el pecado cese entre nosotros.

Que al Adversario le sea retirado el poder de tentar (a los Santos). Aquellos que el Señor Jesús llama Santos son aquellos que no cometen pecado y que imitan sinceramente a Cristo."