5 de mayo
Cabeza de Santa Catalina de Siena
La cabeza de Santa Catalina fue separada del cuerpo en el año 1381, pues así lo quiso el Papa Urbano
VI. En el mes de octubre de ese año, el Papa dio permiso para que la cabeza se separase del resto del cuerpo, siendo confiada a dos frailes de Siena que, en secreto, la llevaron a esta ciudad de la Toscana. La bolsa de seda que contuvo la reliquia durante el viaje se conserva en la celda de la Santa junto a su casa-santuario, donde también se conservaba el pomo del bastón que utilizaba para apoyarse y la lámpara que usaba por las noches, como enfermera voluntaria, en el hospital de Santa María della Scala.
VI. En el mes de octubre de ese año, el Papa dio permiso para que la cabeza se separase del resto del cuerpo, siendo confiada a dos frailes de Siena que, en secreto, la llevaron a esta ciudad de la Toscana. La bolsa de seda que contuvo la reliquia durante el viaje se conserva en la celda de la Santa junto a su casa-santuario, donde también se conservaba el pomo del bastón que utilizaba para apoyarse y la lámpara que usaba por las noches, como enfermera voluntaria, en el hospital de Santa María della Scala.
Durante cuatro años, la cabeza estuvo encerrada en un armario de la sacristía de la iglesia de Santo Domingo, pero siendo consciente de este hecho, el Consistorio de la República ordenó que se le tributaran honores públicos a su ilustre paisana. Así, el 5 de mayo del 1385, se organizó una gran procesión que llevó la reliquia desde Santo Domingo hasta la iglesia del hospital de San Lázaro, a las afueras de la ciudad. Cerraba la procesión un grupo de monjas “Mantellate” y la propia madre de la Santa.
En la noche del 3 al 4 de diciembre de 1531, esta sagrada reliquia estuvo a punto de ser destruida, pues en la iglesia de Santo Domingo se originó un violento incendio. Sólo el coraje de fray Guillermo de Florencia puso a salvo la reliquia, ya que el fraile se envolvió en una sábana mojada y, a tientas, se internó en el fuego, cogiendo la reliquia y sacándola de entre las llamas.
En el año 1711, la cabeza fue colocada en una urna, obra de Giuseppe Piamontini, conocido orfebre florentino. Actualmente, esta urna se conserva en la Basílica de Santo Domingo, en una capilla situada a la derecha del altar mayor. Hasta entonces, la reliquia de la cabeza estuvo puesta en un busto de cobre repujado, que ahora se conserva en la capilla de las reliquias, a la derecha de la capilla que está embellecida por los frescos de Sodoma, en la misma Basílica.

Dedo de Santa Catalina,
cuerdas usadas como disciplina y busto de cobre donde estuvo contenido el cráneo.
En el año 1798, la cabeza de Santa Catalina fue llevada a la catedral de Siena, ya que un potente terremoto había dañado gravemente a la Basílica de Santo Domingo, a la cual volvió en el “Domingo in Albis” del año 1806. Esta sagrada reliquia fue sacada en procesión en el año 1857, con ocasión de la visita del beato Papa Pío IX a la ciudad de Siena, aprovechándose esta circunstancia para que el profesor Gaspero Mazzi le efectuase una revisión.
En el año 1931, por orden del podestá de Siena, Fabio Bargagli Petrucci, se rompieron los sellos (los sigilos) y se abrió el relicario a fin de que los profesores Mazzi, Raimondi, Lunghetti, Londini y Gori, comprobasen en qué estado estaba la reliquia. El relicario actual que contiene la cabeza de Santa Catalina es de este año – 1931 -, y es de plata engarzada por esmaltes, obra del orfebre florentino David Manetti, que lo realizó bajo el diseño de Angelo Giorgi, un platero muy conocido. Este precioso relicario fue donado por los frailes dominicos de Florencia a los frailes dominicos de Siena.
El 28 de abril del 1940, la reliquia fue llevada de nuevo a la Catedral, con ocasión de las primeras fiestas nacionales organizadas en honor de Santa Catalina. En 1996, con motivo del vigésimo quinto aniversario de la proclamación de Santa Catalina como Doctora de la Iglesia, la reliquia fue nuevamente puesta a la veneración de los fieles en la Catedral sienense y, finalmente, en el año 2000, con ocasión de la primera edición de las Fiestas Internacionales en honor de la patrona de Europa, la reliquia fue nuevamente trasladada en procesión al Duomo.