Etimológicamente significa “feliz”. Viene de la lengua latina.
San Félix nace en Valois, Francia el 16 de abril del año de 1127, nació en un ambiente de buena economía, de familia real de príncipes.
La historia muestra de manera más palpable cuando él se enlista en las cruzadas al lado del rey Luís VII. La gran intención era salvaguardar los lugares santos, los musulmanes con una vehemencia de odio saqueaban todo y profanando en nombre de un Ala que proclamaban.
Las Cruzadas marcaron su vida para siempre ya que inclinó el corazón para buscar una vida más apacible retirándose a vivir como un ermitaño en el bosque de Cerfroi, al norte de Francia. Ahí vive una vida de soledad asumida por voluntad propia y viene un acontecimiento que todavía más profundiza su vida espiritual, lo visita san Juan de Mata, San Juan funda la orden de los trinitarios, un objetivo de esa orden era rescatar a los cristianos que tenían cautivos a los cristianos, además los trinitarios obtuvieron del Papa el permiso para que se diera a conocer la existencia del joven Félix.
El mismo rey Luis XIV les prestó su ayuda inestimable ante esta justa petición de los Trinitarios, pues se conocía la vida que había llevado, se sabía que estuvo en las cruzadas y ahora entraban a negociar con los musulmanes la liberación de los cristianos.
La santidad de este joven la canonizada el Papa Pablo VI en el año de 1970 cuando lo declaró santo ante todo el mundo y ante todos los cristianos. Muere en el año 1212.