Nació en Cesárea de Capadocia, la actual Kayseri, en Turquía,en el año 330.
San Basilio Magno nació en el seno de una familia acaudalada y piadosa que dio varios santos a la cristiandad, como sus hermanos San Gregorio de Nicea y Santa Macrina la Joven, entre otros.
Realizó sus estudios en Atenas y en Constantinopla, donde conoció a su compatriota San Gregorio Nacianceno, quien fue maestro suyo y un gran amigo.
Después de visitar a célebres monjes eremitas de Siria y Egipto, San Basilio se decidió a abandonar la vida pública y vivir como ermitaño en una propiedad de su familia sobre el río Iris.Él mismo confiesa: «Un día, como despertando de un sueño profundo, me dirigí a la admirable luz de la verdad del Evangelio…, y lloré sobre mi miserable vida» .
Fue en esa soledad donde hacia el año 360 redactó una regla monástica, conocida como Regla de San Basilio.
La fama de su santidad y sabiduría hizo que San Basilio fuera llamado en 370 por Eusebio, el obispo de Cesárea de Capadocia, para defender a la doctrina cristiana en contra de la herejía del arrianismo.
Sin embargo, al fallecer Eusebio, San Basilio Magno fue designado su sucesor en el obispado, permaneciendo en el cargo hasta su muerte. Recibió también los títulos de Metropolita y Exarca.
San Basilio ordenó la construcción de una ciudadela de la caridad llamada Basiliada, que incluía un hospicio, un hospital y un leprosario. Esta gran obra fue la que le valió el apodo de Magno.
La ferviente actividad que llevó a cabo no impidió a San Basilio escribir importantes tratados teológicos y epístolas sobre asuntos religiosos.
En la Iglesia Ortodoxa, San Basilio, su hermano San Gregorio de Nicea y su amigo San Gregorio Nacianceno son llamados los Padres Capadocios, por su ciudad de origen.
San Basilio Magno es también uno de los cuatro Padres de la Iglesia Griega, junto con San Atanasio, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo.
Según esa tradición, él es quien lleva regalos a los niños el primer día del año, como equivalente oriental del Papá Noel o los Reyes Magos.
En el año 379, Basilio, sin haber cumplido los cincuenta años, agotado por el cansancio y la ascesis, regresó a Dios.
San Basilio Magno nació en el seno de una familia acaudalada y piadosa que dio varios santos a la cristiandad, como sus hermanos San Gregorio de Nicea y Santa Macrina la Joven, entre otros.
Realizó sus estudios en Atenas y en Constantinopla, donde conoció a su compatriota San Gregorio Nacianceno, quien fue maestro suyo y un gran amigo.
Después de visitar a célebres monjes eremitas de Siria y Egipto, San Basilio se decidió a abandonar la vida pública y vivir como ermitaño en una propiedad de su familia sobre el río Iris.Él mismo confiesa: «Un día, como despertando de un sueño profundo, me dirigí a la admirable luz de la verdad del Evangelio…, y lloré sobre mi miserable vida» .
Fue en esa soledad donde hacia el año 360 redactó una regla monástica, conocida como Regla de San Basilio.
La fama de su santidad y sabiduría hizo que San Basilio fuera llamado en 370 por Eusebio, el obispo de Cesárea de Capadocia, para defender a la doctrina cristiana en contra de la herejía del arrianismo.
Sin embargo, al fallecer Eusebio, San Basilio Magno fue designado su sucesor en el obispado, permaneciendo en el cargo hasta su muerte. Recibió también los títulos de Metropolita y Exarca.
San Basilio ordenó la construcción de una ciudadela de la caridad llamada Basiliada, que incluía un hospicio, un hospital y un leprosario. Esta gran obra fue la que le valió el apodo de Magno.
La ferviente actividad que llevó a cabo no impidió a San Basilio escribir importantes tratados teológicos y epístolas sobre asuntos religiosos.
En la Iglesia Ortodoxa, San Basilio, su hermano San Gregorio de Nicea y su amigo San Gregorio Nacianceno son llamados los Padres Capadocios, por su ciudad de origen.
San Basilio Magno es también uno de los cuatro Padres de la Iglesia Griega, junto con San Atanasio, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo.
Según esa tradición, él es quien lleva regalos a los niños el primer día del año, como equivalente oriental del Papá Noel o los Reyes Magos.
En el año 379, Basilio, sin haber cumplido los cincuenta años, agotado por el cansancio y la ascesis, regresó a Dios.