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2011/08/31

San Ramón Nonato,obispo.Siglo XII


Nació en Portell, cerca de Lérida, en Cataluña, España, probablemente en el seno de una familia de la nobleza local,en el año 1200.

San Ramón recibe el curioso sobrenombre de “no nacido” debido a que justo antes de nacer su madre falleció, y él fue extraído de las entrañas del cuerpo muerto.
Tuvo la suerte de tener un padre atento y responsable, preocupado por la educación de su hijo. Cuando llegó el tiempo, Ramón fue enviado a Barcelona para estudiar números y administración, pues su padre quería que se hiciera cargo de algunas de las fincas familiares.
Sin embargo, en Barcelona su vida cambió al conocer a San Pedro Nolasco, quien habría de fundar la Orden de la Merced. Esta gran influencia le dio claridad para seguir la vocación religiosa, y a partir de 1224 se convirtió en acompañante incondicional de su amigo.
Uno de los preceptos de la Orden Mercedaria recién fundada consistía en rescatar prisioneros, ofreciéndose en su lugar de ser necesario. Recordemos que se estaba en la época de la Reconquista en España. En el norte de África vivían como cautivos numerosos cristianos españoles; y en consecuencia San Ramón Nonato se propuso liberarlos.
De este modo llegó San Ramón a Argelia, donde fue capturado casi de inmediato. En muchos casos, los Mercedarios pagaban rescates y arreglaban que los prisioneros regresaran a sus hogares, y no fue distinto con San Ramón Nonato.Aún hecho prisionero, no paraba de hablar para reconfortar a sus compañeros cautivos y recordarles cuál era la Verdadera Fe. Tal era el fervor de sus palabras, que sus captores le perforaron los labios con un hierro candente para colocarle una especie de candado que le impedía hablar.
Así soportó meses de cautiverio, hasta que finalmente fue rescatado por su Orden y conducido de vuelta a Barcelona. Sus labores de rescate y su propio cautiverio le habían ganado bastante fama, y se volvió bastante popular entre la gente de la ciudad.
Por la fuerza de sus palabras y por su gran valentía, en 1239 el papa Gregorio IX lo mandó llamar a Roma con la intención de nombrarlo cardenal y consejero suyo.
Al año siguiente emprendió el viaje. Sin embargo, antes de hacerse a la mar contrajo unas fiebres violentas, y falleció súbitamente con apenas cuarenta años de edad.