Rufina y Segunda eran hijas de un senador romano llamado Asterio. Una de ellas estaba prometida a Armentario y la otra a Verino. Ambos jóvenes eran cristianos, pero apostataron durante la persecución de Valeriano. Las dos santas se negaron a seguir el ejemplo de sus prometidos y huyeron de Roma, pero su fuga se descubrió pronto. Rufina y Segunda fueron arrestadas cerca de Roma y conducidas ante el prefecto, Junio Donato. Este trató de hacerles apostatar con amenazas y halagos. Como todo resultase inútil, mandó azotar a Rufina; entonces Segunda exclamó: "¿Por qué consideras a mi hermana digna de ese honor y a mí me juzgas indigna de él? Mándame azotar también, puesto que también yo he confesado a Cristo." Las dos hermanas fueron torturadas y decapitadas juntas. Una dama pagana, llamada Plautila, les dio sepultura a unos diez kilómetros de Roma, en la Vía Aurelia, y se convirtió al cristianismo por su ejemplo. El sitio de la sepultura de las mártires se llamó en un tiempo "Silva Negra" (Selva Negra); pero desde que las santas fueron sepultadas ahí, empezó a llamarse "Silva Candida" (Selva Blanca). Sobre la tumba se erigió una iglesia, y alrededor de ésta se formó la población de Silva Candida o Santa Rufina, que llegó a ser sede episcopal y cardenalicia.
2011/07/10
Santa Rufina y Segunda,virgenes y mártires.Siglo III
Rufina y Segunda eran hijas de un senador romano llamado Asterio. Una de ellas estaba prometida a Armentario y la otra a Verino. Ambos jóvenes eran cristianos, pero apostataron durante la persecución de Valeriano. Las dos santas se negaron a seguir el ejemplo de sus prometidos y huyeron de Roma, pero su fuga se descubrió pronto. Rufina y Segunda fueron arrestadas cerca de Roma y conducidas ante el prefecto, Junio Donato. Este trató de hacerles apostatar con amenazas y halagos. Como todo resultase inútil, mandó azotar a Rufina; entonces Segunda exclamó: "¿Por qué consideras a mi hermana digna de ese honor y a mí me juzgas indigna de él? Mándame azotar también, puesto que también yo he confesado a Cristo." Las dos hermanas fueron torturadas y decapitadas juntas. Una dama pagana, llamada Plautila, les dio sepultura a unos diez kilómetros de Roma, en la Vía Aurelia, y se convirtió al cristianismo por su ejemplo. El sitio de la sepultura de las mártires se llamó en un tiempo "Silva Negra" (Selva Negra); pero desde que las santas fueron sepultadas ahí, empezó a llamarse "Silva Candida" (Selva Blanca). Sobre la tumba se erigió una iglesia, y alrededor de ésta se formó la población de Silva Candida o Santa Rufina, que llegó a ser sede episcopal y cardenalicia.