Juan de Ávila, nació en Almodóvar del Campo, en Castilla la Nueva. Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá. Fue considerado como uno de los más influyentes y elocuentes jefes religiosos de la España del siglo XVI. Fue amigo de San Ignacio de Loyola y consejero espiritual de Santa Teresa, además de San Francisco de Borja. Ordenado ya como sacerdote mostró tal elocuencia, que el Arzobispo de Sevilla le pidió que se dedicara a la evangelización en su país. Trabajó durante 9 años en las misiones de Andalucía. El Santo, fue acusado ante la Santa Inquisición de Sevilla por predicar el rigorismo y la exclusión de los ricos del Reino de los Cielos. Luego de ser liberado, se dedicó a misionar en todas las regiones de España, principalmente en las ciudades.Vió la necesidad de fundar la Congregación de los Operarios para transmitir la Palabra de Dios. Así se lo dictaba su conciencia y, además, estaba al tanto del Concilio de Trento. Este se inclinaba en lo pastoral por fortalecer el espíritu sacerdotal mediante la dedicación al Sacramento de la Penitencia y a la Palabra de Dios.
Tenía un espíritu inquieto. Y esta inquietud le llevó a fundar colegios en los que los chicos pudiesen aprender humanidades y ciencia al mismo tiempo que aprendían los cimientos de la vida cristiana.
Ayudó mucho a san Juan de Dios para dedicarse plenamente a los pobres. Era un trabajador incansable. Dios le daba coraje y fuerzas para todo.
Los más famosos de sus escritos son sus cartas y el tratado: "Audi Filia".Desde 1511 Juan de Ávila se sintió enfermo. Gastado en un ministerio duro, sintió fuertes molestias que le obligaron a residir definitivamente en Montilla desde 1554 hasta su muerte.