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2011/01/08

San Severino

Murió pronunciado la última frase del último salmo de la Biblia (150): "Todo ser que tiene vida, alabe al Señor". Nacido en Roma aprox. en el año 410. A nadie decía que era de Roma (la capital del mundo en ese entonces) ni provenir de una familia noble y rica, pero su perfecto modo de hablar el latín y sus exquisitos modales y su trato finísmo lo decían. Tenía el don de profecía  y el don de consejo. Buscando pecadores para convertir recorría inmensas llanuras de Austria y Alemania, descalzo, aunque estuviera sobre heladas nieves, sin comer nada antes de que se ocultara el sol cada día; reuniendo multitudes para predicarles la penitencia y la necesidad de ayudar al pobre y sanando enfermos, despertaba una gran confianza en Dios y un serio temor a ofenderle; vistiendo siempre una túnica desgastada y vieja, pero venerado y respetado por cristianos y bárbaros, pobres y ricos, pues todos lo consideraban un verdadero santo.  En Kuntzing, orillas del Danubio, este río hacía grandes destrozos en sus inundaciones y le hacía mucho daño al templo católico que estaba construido a su orilla. Él llegó, colocó una gran cruz en la puerta de la Iglesia y dijo al Danubio: "No te dejará mi Señor Jesucristo que pases del sitio donde está su santa cruz". El río obedeció siempre y ya nunca pasaron sus crecientes del lugar donde estaba la cruz puesta por el santo. El 6 de enero de 482, sintió que moría: llamó a las autoridades de la ciudad, les dijo "Si quieren tener la bendición de Dios respeten mucho los derechos de los demás. Ayuden a los necesitados y esmérense por ayudar todo lo más posible a los monasterios y a los templos".  6 años después fueron a sacar sus restos y estaba incorrupto, como si estuviera recién enterrado. Al levantarle los párpados vieron que sus bellos ojos azules brillaban como si estuviera dormido. Sus restos han sido venerados por muchos siglos, en Nápoles.
Pidámosle que nos predique las buenas acciones, el amor al prójimo y la asistencia a la casa de Dios. Que sea nuestra vida una Alabanza a Dios! (+MEM o.m.)