En Roma, en el convento de San Buenaventura, en el Palatino, san Leonardo de Porto Maurizio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores (Franciscanos), desbordante de celo por las personas, empleó casi toda su vida en la predicación, en la edición de libros de piedad y en dar más de 300 misiones en la Urbe, en la isla de Córcega y por toda Italia.
Pidamos a san Leonardo el Discernimiento para reconocer al Maestro y ser dóciles a sus enseñanzas, para siempre tener sed del conocimiento Divino y ser buen discípulo.Podemos hacerlo con la Decena alquímica de Adviento, Navidad, Año Nuevo y Reyes para abrirse a lo Nuevo que proviene del cielo