.

.
Hacer click en la imagen para entrar. Muchas gracias

.

.
HACER CLICK PARA VOLVER AL SANTORAL

2015/07/04

Santa Isabel de Portugal
reina
1271 - 1336


"Contra los padecimientos de la piel, intercesora en peleas y conflictos, contra las guerras"
Patrona de Portugal, Zaragoza y Coímbra


Nació en Zaragoza, reino de Aragón, en España, en el año 1271; por sus venas corría sangre de reyes y de santos. Por el lado materno era biznieta de Isabel de Turingia, mejor conocida como Santa Isabel de Hungría.
En honor de esta santa que perteneció al linaje de su familia la bautizaron así, y las vidas de ambas santas del mismo nombre también habrían de mostrar notables similitudes.
A los 12 años de edad, la pequeña Isabel fue entregada en matrimonio al rey Dionisio de Portugal. Éste no se esforzaba mucho por ocultarle sus continuos engaños amorosos, aunque al mismo tiempo mantenía controlada a su esposa con enfermizos celos. No obstante, Santa Isabel también aceptó entre los suyos a los hijos ilegítimos.
Dionisio tampoco confiaba en su mujer en la vida política de su país. La acusó de conspirar en su contra junto con su hijo Alfonso IV; actuando violenta e impulsivamente, a la esposa la desterró y al hijo le declaró la guerra.
Sin embargo, Santa Isabel pudo escapar de su destierro y llegar a tiempo justo antes de la batalla. Desarmada, ella misma cabalgó entre ambos ejércitos, y así consiguió evitar la confrontación y que padre e hijo hicieran las paces.
En su vida privada, Santa Isabel se volvía cada vez más devota; patrocinaba conventos, fundó el convento de las Clarisas en Coímbra, así como numerosos hospitales. Y finalmente, a la muerte de su esposo, en 1325, profesó como terciaria franciscana.
Muchos años pasó Santa Isabel recluida en el convento de Coímbra, ofrendando su vida a la oración y al cuidado de los pobres y de los enfermos. Su intervención durante una severa hambruna salvó muchas vidas, lo cual le valió el amor de todo Portugal.
En 1336 estaba a punto de estallar otra guerra de familia, en esta ocasión entre su hijo Alfonso IV y el suegro de éste, el rey de Castilla. A pesar de su edad avanzada y de su débil salud, Santa Isabel se dirigió de inmediato a Estremoz, donde habría de librarse la batalla, y volvió a cabalgar entre los dos ejércitos, parando otra vez la guerra.
A los pocos días falleció en ese lugar, donde dejó todas sus fuerzas. Santa Isabel yace sepultada en Coímbra.